...

Abro los ojos y la vela se extingue. Está oscuro y me froto los ojos para lograr ver algo. Frente a mi está ese armario con un espejo por el cuál han pasado desfiles de rostros conocidos y desconocidos, vivos y muertos.
La cama es alta y me incorporo lentamente, pongo los pies en el piso frío. Me dirigo a la puerta, el suelo cruje, como también la puerta al abrirla. No hay nadie, perros ladran a la distancia; no hay luna.

Me asomo por una ventana y la oscuridad sólo permite ver mi reflejo en el vidrio. Diviso ese maravilloso bosque arcano donde suelo sentarme en la tardes sobre un pino caído hace años, que sigue creciendo horizontalmente.

Sigo sin oír, pasan los minutos en silencio, caen en pequeñas porciones de arena encerradas en su propio tiempo. No hay ritmo, más bien una rutina.

Camino hasta el final del pasillo y me quedo observando el piano negro, me siento, sin embargo no sé como tocarlo sin evitar una patética y ofensiva improvisación.

Te lo dejo a ti mejor:



boomp3.com

1 Express yourself..:

Anónimo dijo...

mmm, no sé tocar piano, algún día si?