Lamentablemente con el tema del sueño nada que hacer.
No logro dormir y lo que duermo no me permite descansar.

No es miedo, es que es demasiada información...pena, impotencia...no sé.

Más encima, esto de venir a la oficina y estar en el piso 18 sin aire acondicionado es tremendo. Las máquinas expendidoras están vacías, el agua se acaba. Hace calor, duele la cabeza...

Por suerte no ha temblado, porque ayer, después de dos mini réplicas quedé mareada como pollo.

Hoy se me ocurrió traer chocolates a la oficina y repartirlos. Nunca está demás una "atención", ya que el animo no es bueno, obviamente. Dentro de los más afectados, mi jefe que tiene su hermano desaparecido en un lugar en el Sur que fue barrido por el maremoto...está super complicada la situación.
Entre el miércoles y el jueves iré nuevamente a dejar cosas a la Cruz Roja y estoy arreando a la oficina. Lo bueno es que dio resultado y unas 5 personas más irán a dejar alimentos, artículos de aseo y ropa. Hay que puro...


Mis viejos se van a Tongoy, así que me quedaré sola en Santiago.
Cosa que no me hace ninguna gracia, pero qué le vamos a hacer.


Paz y amor.